Se acabaron las noches de lágrimas interminables. Se acabó el ir muriéndome poco a poco por dentro. Hoy he salido de casa con ganas de correr todo lo rápido que pueda, hasta que me duelan las piernas; de gritar hasta quedarme sin aire, de mirarte a los ojos y decirte que perdiste tanto, que me perdiste a mí...Hoy salí con ganas de comerme el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario